Tengo una inusual facilidad para atraer a la gente con poder y con dinero.
Y no me gusta. Porque no suele gustarme la gente que se mueve en esos ambientes, pese a que yo, como digo, no sé por qué los atraigo. Ya me pasaba desde jovencita ( ni que tuviera cincuenta tacos) que al final sin comerlo ni beberlo acababa la noche en un cochazo camino del chalet a las afueras de los papis que están fuera de viaje. Y mira que yo vengo de ambiente obrero total que nunca me he vestido especialmente pija ni especialmente hippie. Pero ahí está y menos mal que Wolve es muy normalito y muy de clase media-media porque si hay algo que no soporto son los "pocholos".
Al final este viernes salí con una mezcla de ambos conjuntos que comentaba en el anterior post. Hacía un frío del carajo pero allí me planté en Oviedo a quemar la semana. Quien conozca Oviedo ya se sabe que el tópico lo relaciona con gente pija y snob . En parte, y eso que yo soy de fuera también noto esa sensación en esas calles provincianas que se creen capital del reino.
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Así que allí me fuí y llamé a una amiguita que conocí por estos mundos de dior a la que debía una visita. Victor también estaba avisado sabiendo ambos que estabamos en "tierra de nadie" , pese a que aqui al final nos acabamos conociendo todos.
Si hay tres cosas que caracterizan a la Asturias de verdad, no solo la que venden de verde y vacas es:
- Aquí tenemos el índice de suicidios más alto de España
- El índice más bajo de natalidad
- El índice más alto de problemas de alcoholismo
- El índice más alto de consumo de drogas.
- El índice más alto de uso de servicios de prostitutas.
También copamos los índices de paro y pensionistas pero eso ya es otro cantar. El caso esque en la noche asturiana se puede ver que esos índices son muy pero que muy ciertos. Sin comerlo ni beberlo y tras unos cuantas copas un grupete de amigos ya se me había acoplado. Todos muy pocholos aunque fueran vestidos de Just Cavalli con pantalones vaqueros cuidadosamente rotos. Estaba yo aplaciblemente tomandome mi cuarto o quinto cubata cuando uno de ellos me hizo un inequívoco gesto de golpearse la nariz. Me quedé un poco pensativa pero acabé accediendo, hacía siglos que no me metía un tirito así que quise hacer la tontería de la noche.
Allí nos metimos en el baño de los tíos dos chicas y dos chicos, al menos nosotros buscamos algo de intimidad porque nada mas entrar nos encontramos a otro grupo de tres sobre el lavabo.
Inciso: Hace tiempo que me sorprende la "naturalidad" con la que la gente se mete. Para mí es muy común ver gente fumando petas por la calle o arremolinados en esquinas metiéndose grifa. Creo que el uso "colectivo" de la droga como una experiencia común se está perdiendo. Esto me lo comentaba hace años una profesora muy hippie al ver a gente joven fumando sola canutos, para ella, que había vivido Ibiza en los 70 era algo inconcebible.
Y no me gusta. Porque no suele gustarme la gente que se mueve en esos ambientes, pese a que yo, como digo, no sé por qué los atraigo. Ya me pasaba desde jovencita ( ni que tuviera cincuenta tacos) que al final sin comerlo ni beberlo acababa la noche en un cochazo camino del chalet a las afueras de los papis que están fuera de viaje. Y mira que yo vengo de ambiente obrero total que nunca me he vestido especialmente pija ni especialmente hippie. Pero ahí está y menos mal que Wolve es muy normalito y muy de clase media-media porque si hay algo que no soporto son los "pocholos".
Al final este viernes salí con una mezcla de ambos conjuntos que comentaba en el anterior post. Hacía un frío del carajo pero allí me planté en Oviedo a quemar la semana. Quien conozca Oviedo ya se sabe que el tópico lo relaciona con gente pija y snob . En parte, y eso que yo soy de fuera también noto esa sensación en esas calles provincianas que se creen capital del reino.
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Así que allí me fuí y llamé a una amiguita que conocí por estos mundos de dior a la que debía una visita. Victor también estaba avisado sabiendo ambos que estabamos en "tierra de nadie" , pese a que aqui al final nos acabamos conociendo todos.
Si hay tres cosas que caracterizan a la Asturias de verdad, no solo la que venden de verde y vacas es:
- Aquí tenemos el índice de suicidios más alto de España
- El índice más bajo de natalidad
- El índice más alto de problemas de alcoholismo
- El índice más alto de consumo de drogas.
- El índice más alto de uso de servicios de prostitutas.
También copamos los índices de paro y pensionistas pero eso ya es otro cantar. El caso esque en la noche asturiana se puede ver que esos índices son muy pero que muy ciertos. Sin comerlo ni beberlo y tras unos cuantas copas un grupete de amigos ya se me había acoplado. Todos muy pocholos aunque fueran vestidos de Just Cavalli con pantalones vaqueros cuidadosamente rotos. Estaba yo aplaciblemente tomandome mi cuarto o quinto cubata cuando uno de ellos me hizo un inequívoco gesto de golpearse la nariz. Me quedé un poco pensativa pero acabé accediendo, hacía siglos que no me metía un tirito así que quise hacer la tontería de la noche.
Allí nos metimos en el baño de los tíos dos chicas y dos chicos, al menos nosotros buscamos algo de intimidad porque nada mas entrar nos encontramos a otro grupo de tres sobre el lavabo.
Inciso: Hace tiempo que me sorprende la "naturalidad" con la que la gente se mete. Para mí es muy común ver gente fumando petas por la calle o arremolinados en esquinas metiéndose grifa. Creo que el uso "colectivo" de la droga como una experiencia común se está perdiendo. Esto me lo comentaba hace años una profesora muy hippie al ver a gente joven fumando sola canutos, para ella, que había vivido Ibiza en los 70 era algo inconcebible.